AQUEL MARAVILLOSO
VERANO.
Hera una noche de verano.
Sus ojos brillaban más que las estrellas.
Abrían horizontes por dentro.
Me reconforta tanto pensar en ese día
Quizás si no hubiera tenido tanto
Vicio hubiese llegado a algo con
Ella.
El teléfono sonó,
Su voz era calida como un día de
Primavera.
Se escribía la poesía en mi mente, entre
Mariposas que Viven en mi estomago.
Mi cuaderno se olvido de su silencio
En cada carta un nuevo sueño pretende
Alcanzarla entre la distancia.
Un día el humo me atrapo.
El cruel olvido se apodero de mi cuerpo
Y mi presente.
Paso el tiempo que no se detiene nunca.
Entre presentes olvidados,
En la vieja escalera de siempre.
Quizás la llama no ardió nunca porque
No te merecía.
Porque no llegue a asimilar que nadie
Espera eternamente.
Por eso te escribo para darte las gracias
Por cada sueño.
Por cada conversación, la poesía existe
En cada recuerdo.
Mil gracia por abre sido las olas de esta
Corazón solitario que hoy escribe poesía.
Atentamente el poeta remitente.
Javier escobar